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ISSN 1989-4163

NUMERO 56 - OCTUBRE 2014

Pacto de Lealtad

Francisco Marín

Autor: Gonzalo Giner. Planeta (2014). 637 páginas. 21,90 €

Dedicado a Nube ... no sabe leer, pero vive rodeada de libros...

Gonzalo Giner, desde la primera a la última página, consigue mantener la atención y la tensión en forma creciente; sobre todo en la cuarta y quinta parte del libro. Fantástica historia. Soberbio relato, hecho de manera clara y magistral.

Si un perro pudiera leer Pacto de lealtad estaría orgulloso del papel que jugaron en la guerra civil española y en la segunda guerra mundial, entre otras.

La historia comienza en la Revolución de Asturias del año 1934. Aparece Campeón , un perro sin raza definida, que junto a su dueña, Zoe, ejercen de eje y veleta entre las distintas historias, que como un péndulo va de una guerra a otra. Centrándose, sobre todo, en la obsesión nazi de la mejora de las razas, humanas y “perrunas”.

El inicio de la historia se encuentra en la muerte del marido de Zoe en Asturias, al mismo tiempo que ella descubre su infidelidad; su padre es encarcelado y ella, sin ningún ingreso, es desahuciada del palacete madrileño donde reside. A pesar de su situación desesperada, Zoe tiene un sueño: estudiar veterinaria, todo un hito en aquella época; intentando sobrevivir en un país turbulento junto a Campeón , un perro sin estirpe, pero que le ayudará a sortear los peligros de una guerra injusta.

Dos historias secundarias, pero no menos importantes, completan la trama de Pacto de lealtad : una de espionaje, en la que Andrés, hermano de Zoe, se ve involucrado. La segunda presenta la relación entre los nazis y su obsesión por la raza canina del pastor alemán, como símbolo del nazismo. Las tres historias se ensamblan de forma magistral gracias a la pluma de Gonzalo Giner.

Según su autor, Pacto de lealtad , «...es un canto incansable de generosidad y capacidad de entrega del perro hacia el hombre...», apostillando «...aunque nosotros no hayamos sido tan amables a lo largo de la historia...».

Observamos que ni el autor ni sus personajes toman posición en lo referente a la guerra civil. En esta época, en España, los perros fueron usados como detectores antiminas, paso de contrabando, misiones de espionajes... entre otras.

La misión primaria de Zoe, una vez que encuentra trabajo acorde a sus conocimientos, es educar perros para la Cruz Roja Internacional.

Otros personajes que se cruzan con Zoe son, por ejemplo, Luther , un alemán felizmente casado y veterinario que trabaja en un centro de educación de perros en una Alemania donde el nazismo ya es demasiado fuerte, se ve obligado a educar a unos animales que servirán de vigilantes en unos campos de reclusión cuyo número está creciendo alarmantemente. Luther es uno de los personajes que crecen a lo largo de la historia, haciendo, con sus peripecias y situación personal, que el ritmo sea frenético y estemos deseando ver por donde discurrirá...

Personajes que parecen de menor importancia, pero que como los demás crecen a lo largo de la historia, son: Andrés , el hermano de Zoe, anteriormente mencionado, quien no parece tener un papel claro en la novela pero después cobra una gran importancia. También tenemos a   Max Wiss , un suizo destinado en la central de la Cruz Roja Internacional en Madrid encargado de organizar la primera unidad canina de socorro de la Cruz Roja Española, un personaje que también esconde mucho en su persona. Además, en toda novela que se hable sobre la Alemania de esta época, no pueden faltar: Göring, Himmler, Heindrich...

Novela apasionante y muy, muy entretenida. Ritmo narrativo que aumenta al pasar las páginas, prosa clara, directa... y quedándose el lector, creo hablar en nombre de muchos, con ganas de más... da pena llegar a la última página.

 

Gonzalo Giner (Madrid, 1962) logró el éxito literario con El sanador de caballos , que alcanzó cotas de crítica y público muy elevadas, convirtiéndose en un autor de renombre y su obra en un referente dentro de la literatura popular. Veterinario de profesión, con aquel título quiso investigar el inicio de su oficio. Con su siguiente novela, El jinete del silencio , Gonzalo nos descubrió los antecedentes de la creación de la raza española de caballos durante el siglo XVI. Ahora, el autor ha dado un salto en su producción literaria y nos presenta una historia mucho más moderna. Una historia minuciosamente documentada que narra, por primera vez, la participación de los perros en las dos guerras más sangrientas del pasado siglo XX.

 

 

Conocemos un poco más al autor y su obra...

 

P.- Defina   Pacto de lealtad.   Dénos una razón para leer su novela.

R.- Pacto de lealtad narra el papel que tuvieron los perros en nuestra Guerra Civil, qué significaron en el conflicto, y ahonda en las especialísimas relaciones que estos animales mantienen con el hombre. ¿Una razón para leerla? Todos los que lo han hecho hasta el momento la recomiendan y destacan lo mucho que se han emocionado.

         

P.- ¿Desde cuando y por qué escribe?

R.- Mi llegada a la escritura fue circunstancial. Empecé a hacerlo después de haber leído mucho y sobre todo de haber envidiado a otros autores. Me fascinaba la capacidad que tenían de trasladarme sus historias, de hacerme vivir sus mundos. Me sentí tan retado a imitarlos que al final lo intenté, hace ahora catorce años. Hoy, para mí, escribir es un acto tan apasionante que no lo puedo dejar ya.

 

P.- ¿Cuál ha sido su base documental? ¿Cuanto tiempo tardó en escribirla?

R.- Para enfrentarme a un momento histórico como el que se vive en “Pacto de lealtad” me leí unos veinticinco libros. Casi todos fueron ensayos, pero también algún relato en primera persona, como el de George Orwell en su libro Homenaje a Cataluña, para poder vivir el ambiente con el que quería impregnar a mis protagonistas. Toda la trama de espionaje que recoge la novela está basada en tres tratados de reciente publicación. Aunque se ha escrito muchísimo sobre la Guerra Civil, sigue apareciendo nuevas informaciones, algunas de reciente desclasificación.

 

P.- ¿En qué genero se puede clasificar su novela?

R.- Yo diría que es un libro de aventuras con un trasfondo histórico reciente.  

 

P.- La locura nazi por la pureza de la raza se extendió más allá de las personas y perros?

R.- Por incomprensible que parezca sí. Se extendió a otros animales recogidos en alguna de las más loadas leyendas germánicas, como fue el caso de una especie de bisonte que el mariscal Göring consiguió recrear.    

 

P.- El proyecto Bullenbeisser ¿fue real o es ficticio?

R.- Es ficticio, pero no improbable dada la fiebre que los nazis demostraron por recuperar viejas tradiciones, razas e iconos con los que basar la teoría de su superioridad racial. El insólito hecho de que se llevaran alanos españoles a Alemania, como se cuenta en mi novela, alimentó esa teoría.

 

P.- Dos protagonistas centrales en la novela: Zoe y Campeón. ¿Qué le transmite Zoe a Campeón y Campeón a Zoe?

R.- Entre ellos se establece una preciosa relación que cualquiera que tenga un perro en casa va a reconocer, aunque con una gran diferencia, que se produce en el duro entorno de una guerra. Zoe encontrará en Campeón compañía, seguridad, complicidad, y sobre todo ese afecto que solo un perro es capaz de regalar a su amo a diario.  Campeón necesita sentir las caricias de su ama, sabe que ha de protegerla y va a luchar, a su manera, para hacerla feliz.  

 

P.- Encuentro muy interesante la visión que describe del ámbito veterinario en los años 30 en España... ¿nos puede contar algo más... papel de la mujer, número de clínicas veterinarias en España,... en fin?

R.- La profesión veterinaria era sobre todo rural, se atendían a los perros en casa porque no había apenas clínicas caninas. De hecho, antes de la Guerra Civil se podían contar con los dedos de una mano las que estaban funcionando en España. La mujer pudo estudiar esta profesión cuando se cambió el plan de estudios en tiempos de la Segunda República porque se eliminaron asignaturas físicamente muy duras como el herraje. Las primeras veterinarias en España estudiaron en ese período histórico y muy pocas ejercieron al cruzarse la Guerra Civil con sus estudios. Fueron pioneras y muy valientes.

 

P.- En su dualidad veterinario/escritor, escritor/veterinario ¿qué pesa más? ¿Qué le aporta el veterinario al escritor y el escritor al veterinario?

R.- Pesa más el oficio de veterinario al haber ocupado muchos más años en mi vida. Como trabajo en el campo, con animales grandes, tengo el privilegio de conocer a la gente que vive y trabaja con ellos. Después de varios títulos me doy cuenta de que sus personalidades, su capacidad de sacrifico y superación, han impregnado los caracteres de muchos de mis personajes. Mis novelas suelen incluir animales como protagonistas principales y eso se debe a mi profesión, pero también a la voluntad de acercarlos a nuestro mundo.  

 

P.- ¿Con que le gustaría que se quedaran los lectores, después de leer   Pacto de lealtad ?

R.- Con la sensación de que se les ha quedado corta después de haberla vivido intensamente, y ojalá que con ganas de leer otros títulos anteriores…

 

P.- ¿Cuáles son sus géneros y autores favoritos?

R.- Me gusta mucho la novela histórica y la de aventuras, pero también la clásica. Arturo Pérez Reverte me incitó a escribir, sus primeras novelas me gustaron tanto que me arrastraron a escribir. Me encanta como escribe Stefan Zweig, me admira el estilo de Eduardo Mendoza, las historias que escribe Julia Navarro y el léxico de Delibes. No soy nada exclusivo, me interesa aprender de muchos autores, actuales o del pasado.   

 

P.- ¿Qué está leyendo ahora mismo?

R.- Pasaje a Tahití , de Eva García Sáenz. Llevo unas cien páginas leídas y me está gustando bastante.

 

P.- Como lector que prefiere: ¿libro en papel o electrónico?

R.- Sin ninguna duda el papel, soy un romántico de la lectura, aunque alterno los dos formatos.

 

P.- ¿Ve su novela en la pequeña o gran pantalla? ¿Ha habido contactos con algún productor a propósito de alguna de sus novelas?

R.- Vendí derechos a Atresmedia para producir El sanador de caballos, pero la crisis económica retrasó el proyecto. Me encantaría que lo retomaran siempre que fuera un proyecto de calidad.

 

P.- ¿Qué manías tiene a la hora de escribir?

R.- Muy pocas. Como sigo trabajando de veterinario, no tengo mucho tiempo para escribir. Me centro en la narración con cierta prisa y no puedo permitirme demasiadas licencias ni manías. Escribo de madrugada, y por poner una, me gusta hacerlo con música clásica. En Pacto de lealtad he escuchado sobre todo a Corelli.

 

P.- Cuéntenos alguna curiosidad literaria personal que le haya ocurrido y no haya revelado hasta ahora.

R.- Cuando escribí mi primera novela, La cuarta alianza, había un objeto sagrado que trataban de localizar mis protagonistas, un anillo, que tuve que cambiar por un brazalete al coincidir en el tiempo con la novela de El anillo de Jorge Molist. Años después conocí a Jorge Molist, ahora es buen amigo, y se lo confesé.

 

P.- Sus proyectos futuros ¿son?

R.- Escribir y seguir trabajando con animales; un privilegio que solo los veterinarios conocen…

 

 

 

Pacto de lealtad

 

 

 

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