AGITADORAS

PORTADA

AGITANDO

CONTACTO

NOSOTROS

     

ISSN 1989-4163

NUMERO 67 - NOVIEMBRE 2015

Diferencias, Discrepancias y otros Sinsentidos

Cristina Casaoliva

 

Me sorprende a mi pesar como las discrepancias que nos separan crecen de modo tan exponencial. Como se hacen día a día, titular a titular, más evidentes las diferencias irreconciliables.

Catalunya y España no tienen punto de encuentro hasta que se firme el divorcio, hasta que una de las partes supere la fase de negación, hasta que desaparezcan las ganas de venganza y de imposición de poder, cuando con el tiempo se diluyan la sensación de posesión y propiedad de otro ser, otro ente, de otra alma, otro pueblo. Cuando el paso de los días amortigüe el dolor de los agravios, cuando el avance de las semanas establezca nuevas rutinas y el transcurrir implacable del calendario consiga acercar incluso a las mentes más reaccionarias  a la fase de aceptación, próximos al respeto que lleva al entendimiento, al respeto que debió usarse hace ya tiempo.

Pero la realidad actual nos sitúa ante una fotografía muy distinta, una de las partes, la silenciosamente sometida retoma su voz y tramita el divorcio con determinación firme, con pacífica esperanza hacia un futuro libre de amos y la otra se aferra a una negación  preocupantemente cercana al refrán “la maté porqué era mía”.

Y en esa línea de acción, enmascarados de legalidad, jurisprudencia y patriotismo el ejecutivo español emprende acciones desmedidas insufladas de rabia, buscando desesperadamente constituir un frente anti catalán, herencia del generalísimo y muy en comunión con estos nuevos falangistas maquillados de demócratas.

Tristemente han encontrado apoyos con celeridad de la manita de las juventudes populares que caminan a la vera de Ciudadanos con el no catalán Albert Rivera a la cabeza, compartiendo esa pasión por la opresión de otros pueblos. Lamentablemente también partidos teóricamente demócratas como PSOE, menos democráticos en la práctica de lo que el verdadero socialismo exige yopositores más radicalescomo Pablo Iglesias liderando a un Podemos que aún anda escondiendo sus aromas comunistas, convergen en un punto de unión con el PP bajo el lema “silenciémoslos de nuevo”.

En esa fase de enajenación emprenden acciones legales incomprensibles y económicamente carísimas para el estado al que gobiernan, como la llevada a cabo por el Tribunal Superior de Justicia, tras la presentación de una querella por parte de la Fiscalía, imputando a Artur Mas president de la Generalitat, a Irene Rigau consellera d`Ensenyament y a la que fue vicepresidenta del Govern Joana Ortega acusados de los delitos de desobediencia, obstrucción a la justicia, prevaricación administrativa y malversación por la consulta del 9 de noviembre. Los tres hicieron su comparecencia ante el Tribunal a mediados del pasado mes de octubre.
Artur Mas hizo su comparecencia vitoreado por más 400 alcaldes y más de 6000 personas que se desplazaron hasta el lugar yesperaron durante la hora y algo que duró su declaración, para mostrarle su apoyo. Arropado también por innumerables catalanes que comparten su sentir y le seguían desde sus casas y trabajos, unidos en el apoyo, la esperanza de futuro y la más creciente e irreparable indignación.

Que los catalanes expresemos nuestro sentir en las urnas es punible, es reprobable y es objeto de persecución y enjuiciamiento, en una fatídica espiral fascista, dentro de esta caza de brujassin precedentes en la que se ha convertido lo que debiera ser un proceso democrático compartido y pacífico que por momentos se torna amargo y sellena de acometidas sórdidas y acritud.

Lo que debiera ser una separación amistosa está resultando una réplica de errores pasados, un eco de los peores personajes históricos, una escena llena de amenazas por parte del Gobierno español, de militares varios y con ciertas voces eclesiásticas predicando poco con el ejemplo y sintiéndose libres de pecado, usando el púlpito y los medios para excomulgarnos e insuflar algo del miedo castigador del que se nutren los miembros del Partido Popular.

Espero, seguramente de manera fútil que recobren el sentido común, que sientan por una vez respetuosa empatía o la simple simpatía y sentido de la justicia moral que debieran sentir por alguien del que han obtenido tanto, con el que han convivido y recorrido la historia y que durante décadas  ha obviado injusticias, olvidado desigualdades y perdonado intolerancias.
Seguramente es una esperanza fútil pretender un rastro de entendimiento puesto que para España Catalunya no es más que una posesión  y al igual que para la corona no somos más uno de sus muchos súbditos destinados a procurarles el permanente estado de bienestar al que están acostumbrados, sólo una parte de su legión de abejas obreras, trabajadoras incansables en pro de la España/ abeja reina, celosa de sus privilegios.

Para España, aunque me consta que no para todos los españoles, sólo somos un medio, un activo, una delegación muy productiva que de pronto les está dando problemas hablando de Identidad, Historia, Justicia y Respeto. Poco más que una cadena de montaje que de súbito  amenaza con detener su producción a los estupefactos propietarios a los que por lo visto nadie les habló de pluralidad, ni de libertad y que aún se miran unos a otros aterridamente indignados, pertrechados  en su torre de marfil, preguntándose cuando esa prolífica colonia ha adquirido voz e identidad, pensando como enmudecerla, jactándose con pedantería ante la sola idea de que esa adquisición tan rentable considere que tiene derecho a opinar y enajenándose de ira ante el cualquier intento de liberación.

A pesar de sus antecedentes y sus acciones presentes, esperaré concediéndoles el beneficio de la duda, tal como ellos no harían.

Esperaré aunque seguramente será fútil.

 

Diferencias

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

@ Agitadoras.com 2015