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ISSN 1989-4163

NUMERO 47 - NOVIEMBRE 2013

Hacienda, Libertad para Robar

Cristina Casaoliva

Azuzados por el acoso gubernamental, bursátil , bancario  y europeo. Agobiados por la crisis, el desempleo, los recortes presupuestarios y los ataques a nuestros derechos civiles, a nuestras libertades.  Desbordados por la enorme amenaza que atenaza nuestro futuro, pasamos por alto estamentos que han hecho tal acopio de poder que son casi omnipotentes.

En nuestra ajetreada lucha por la supervivencia básica en la que se han convertido nuestras vidas, obviamos claros abusos de poder que se están ejerciendo en nombre de todos, bajo el lema de la igualdad, con la consigna de que es por el bien común aunque en nuestra actualidad, este es el menos común de los bienes.

Hacienda se ha convertido en el monstruo en la sombra, en la mano ejecutora, en el mercenario que goza de impunidad.

Hacienda desde luego no somos todos, aunque todos estamos sujetos a su tiranía.

Escudados bajo leyes injustas y caciquistas, pertrechados tras normativas legales que nada saben de personas, de sufrimientos, de carencias, de familias o de humanidad irrumpen en las vidas del pueblo llano para llenar los bolsillos del gobierno.

Los mismos bolsillos que mantienen el nivel de vida clasista a la monarquía, que proporciona vidas de lujo a incontables cargos de confianza y a sí mismos. El mismo gobierno que se enriquece a costa del pueblo.

En definitiva Hacienda es su brazo ejecutor, el mismo brazo que robaba las cosechas de los agricultores allá por la edad media, pisando a quién sea, hundiendo familias, empeorando situaciones límite, carente de emociones, movidos únicamente por la codicia, escudados en la ley, leyes creadas por los mismos que nos cortan las libertades, aplicándolas cuando no implantando leyes de provecho propio, para facilitar sus chanchullos, para ayudarlos a escapar de la justicia en sus muchas acciones turbias, leyes llenas de subterfugios y que concede libertades a los criminales y los sienta en la Moncloa o a la cabeza de diversos estamentos y que criminaliza al obrero, a la clase trabajadora, al currante, al ciudadano de a pie.

En su libertad de acción por ejemplo, pueden adentrarse en tus cuentas bancarias y embargar el sueldo, los ahorros, los ingresos del tipo que sea de cualquier persona, violando la confidencialidad que debiera preservar las cuentas bancarias de los trabajadores que no han incurrido en ningún delito y prescindiendo de la situación personal y económica.

Su poder les permite embargar los activos, bienes o efectivo indistintamente.

Incluso en el caso de las personas en situación de paro de larga duración, una triste situación cada día más habitual en el país, aquellas que ni siquiera perciben prestación y que reciban tan sólo la ayuda familiar, que asciende a algo más de 426 euros o aquellos que nada perciben, pueden ser embargados y robados en definitiva, eso sí ley en mano. Tan sólo con tener algún dinero en una cuenta bancaria en la que no este domiciliado el cobro de la pensión, prestación o ayuda, por exigua que sea la cantidad, puede ser embargado , como si se tratara de una cuenta de ahorro llegada de un fondo en las Caimán.

Cobrar menos del mínimo interprofesional o carecer de sueldo no es un obstáculo, agarrándose a esa excusa legal que a buen seguro añadieron para concederles un total margen de acción para sus hurtos disfrazados de legalidad.

Es probable que alguno de vosotros piense en su inocencia que sólo embargan  a los deudores, y por ende a infractores, estafadores o criminales de algún tipo y e ahí la trampa!!. Porqué en la situación socio-económica actual, de la noche a la mañana, cualquiera de nosotros, la vecina, el del pan, tu o yo podemos acontecer infractores, perseguidos, vilipendiados, juzgados, embargados y robados, sin preaviso, sin pretenderlo, sin esperarlo.

Os pongo ejemplos de lo fácil que es verse atrapado en la red tejida en connivencia con el gobierno que nos explota, con los abogados y jueces que les dan los medios y con el apoyo de nuestro mutismo.

Pongamos una mujer que cobra el paro, para usar la frase más coloquial, esta embarazada, cuando da a luz, entra en un estado de baja por maternidad, al menos a nivel burocrático, sigue cobrando el mismo importe pero se lo abona durante un tiempo otro estamento, para luego seguir cobrando su prestación. O un ciudadano sin empleo que consigue trabajo de temporada, un par de meses y deja de cobrar prestación ese tiempo. Sin saberlo, en lenguaje fiscal, lo que han vivido es uno de los supuestos que la ley ha contemplado como excusa para que el fisco pueda cobrar de ellos, o sea se nosotros, a pesar de tratarse de dos personas sin empleo, ya que ambos cuando hagan la declaración de la renta tendrán que declarar que han cobrado de dos sitios distintos y eso equivale a que les tienen o tienes que pagar, aunque percibas unos ingresos míseros. Y si alguno ellos no dispone del dinero para hacerlo o a la embarazada por ejemplo se le olvida declarar que a pesar de cobrar idéntico importe todo el año, unos meses ese dinero lo abonó otro estamento, se convierten en infractores  de la ley. Así de fácil.

Si tienes una multa que tráfico no ha notificado a tu domicilio a pesar de abonar el pago de la matriculación de tu vehículo en determinada población y envían el aviso de multa a un domicilio antiguo y tu ante el desconocimiento no pagas. Estas perdido. Tráfico acude al brazo ejecutor, al verdugo sin máscara que es hacienda, te persiguen cual criminal. Te imponen sanciones económicas abusivas por el retraso, bloquean tus cuentas, dejándote en la más absoluta indefensión.

El embargo no ha sido ni será notificado, ya que no van obligados por ley. La ley les obliga a muy poco. Más bien se doblega ante ellos y es creada a su plena comodidad y requerimiento. Y sólo si tienes suerte, la notificación de la deuda llega a tu domicilio actual, ya que tu declaración sirve para que te impongan sanciones y encuentren motivos para robarte, pero la dirección que incluyes en ella no les sirve como dato que confirme tu residencia y así las notificaciones de deuda pueden rondar la geografía nacional sin llegar a su destinatario, a caso intencionadamente, como sino iban a imponer sus enormes y jugosas sanciones con las que llenar los bolsillos de los corruptos a los que sirven.

Escudados en sus fuertes, con detectores de metales, vigilantes y cámaras, esperan tu obligada visita. Los ciudadanos en nuestra ingenuidad, buscamos un número de teléfono en el que ser atendidos, para adentrarnos en un laberinto de contestadores automáticos, llamadas desviadas y líneas ocupadas. Resignados a nuestra suerte, no nos queda otra que trasladarnos a la capital más cercana en busca de su sede, nada importa si el dinero para el transporte nos lo acaban de embargar preventivamente y tienes que ir haciendo autostop. Para salir de allí, sí o sí sin tu dinero.

Si algo tengo claro es que este sistema apesta más que nunca. Este estamento es digno de Maquiavelo, cruel como un verdugo y tan carente de empatía como la inquisición e igual de santo.

Tengo  clarísimo que Hacienda NO SOMOS TODOS, hacienda es la escusa para robarnos, es el gobierno y sus secuaces, Hacienda, son la monarquía que aborrezco, los poderes fácticos, los cargos de confianza y el modo de desviar dinero para pegarse la vida padre a nuestra costa. Lo peor, que usan a ciudadanos de a pie, vecinos nuestros, igual que la peor de las dictaduras, para hacer los trabajos sucios, para sacar el papeleo, para notificar sus abusos y para enfrentar al pueblo entre sí.

Hacienda no somos todos, pero todos somos su objetivo, su víctima potencial. Y si en algún utópico futuro el gobierno cae en manos de algún partido, aún por constituir, más interesado por una vez por el pueblo al que representa que por intereses particulares, debería iniciar su mandato cortando sus alas, arrancándole la guadaña, limitando su ilimitada libertad y devolviendo el poder, la libertad, la privacidad y la dignidad al pueblo al que nunca se le debió quitar.

 

Hacienda

 

 

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