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ISSN 1989-4163

NUMERO 24 - VERANO 2011

El Apocalipsis e Inténtelo de Nuevo

Ángela Mallén

Nos están volviendo locos a todos. La perversión se ha extendido y el apocalipsis será la majadería colectiva. Las plagas será lo que veremos en nuestra alucinación. No me extrañaría que nos creyéramos lo del Juicio Final y acabemos todos en el infierno, menos la Banca y el Barça.

Pero el sábado a las nueve dicen que empieza una Nueva Era. De vez en cuando se escucha eso: empieza una nueva era. Empieza un nuevo régimen. Empieza una nueva vida. Aguante e inténtelo de nuevo.

Hay frases que funcionan, independientemente de su grado de veracidad, su belleza sintáctica o semántica, su alcance o profundidad. “Inténtelo de nuevo” es una de ellas. Suele aparecer explícitamente en los boletos de la suerte, en las tómbolas y, sotarradamente, en los ojos de ciertos entrevistadores de trabajo, en las campañas electorales, en toda clase de terapias.
 
Si nuestra naturaleza fuese empírica, se habrían impuesto frases del tipo: “No sea usted iluso” o “Recuerde que sus posibilidades son mínimas” o “Esto es más de lo mismo”. Sin embargo ¿a quién le importa el empirismo? Estamos programados para caminar en la obscuridad de la decepción, para recaer, para el retorcido heroismo de poner la otra mejilla. Las frases veraces nos aturden, nos paralizan, nos contravienen. Nuestro espíritu quiere dar saltitos alegres, ejecutar pequeños actos esperanzados, salir en busca de su mínima dosis de placebo individualista. Menuda suerte. Enhorabuena. Le ha tocado. Una Player Hello Kitty, un PSRW, un contrato eventual por circunstancias de la producción. Ahora hay que leer las instrucciones de uso en inglés, comprar adaptadores, cables y clavijas. Los pilotos no se encienden. Los programas no se descargan. Los teleoperadores no responden. Hay que llegar al puesto eventual puntualmente en los transportes públicos masificados. Hay que aprender las normativas contradictorias improvisadas. Hay que evitar hacerle sombra al responsable. Hay que ser diligente e invisible. Pero siempre hay un bar en la esquina para tomar la cerveza de la paz. Siempre hay un 91 que responde: SI DESEA... PULSE...

Y si no, INTÉNTELO DE NUEVO. Siempre hay esperándole un boleto premiado. Lo único que tiene usted que hacer es aguantar el apocalipsis.

Apocalipsis

 

 

 

 

 

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