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ISSN 1989-4163

NUMERO 60 - FEBRERO 2015

Conversaciones con Mari (II) - Buenas Noches, Angelito

Ángela Mallén

 

- “Buenas noches, angelito”, le dijo la dulce niña Cody (Hollinstan Coleman) a una persona que estaba sufriendo mucho. Cody era una niña autista con poderes divinos. La película, totalmente prescindible, se llamaba “La bendición”, “Bless the Child”. “Buenas noches, angelito”, dijo con su dulcísima mirada inocente la niña Cody...

…Entre la banalidad y el cinismo. Así vivimos las últimas generaciones occidentales. No estamos preparados para los grandes acontecimientos de la existencia ni para experimentar la vida en su profunda y auténtica bondad y crueldad. Usamos los tules del romanticismo para envolver la belleza desnuda del amor, unas gafas psicodélicas para experimentar el vigor natural del sexo, el tweet de “siento mucho su disgusto” para liquidar el tema de la muerte. Películas, canciones, plegarias, poemas… encierran y proyectan, exorcizan y subliman nuestros miedos, nuestra insoportable levedad. Y la política, que debería consensuarnos para gestionar un mundo humanitario, sirve a los intereses de reyezuelos, jefes tribales, intrigas palaciegas, señorías medievales, capitanías generales. ¿Jamás saldremos del feudalismo y de la ley de la selva? ¿Cuándo abriremos la caja de pandora de nuestra maquinaria sensorial para aprender a resistir la individualidad sin dejar de comprender a la humanidad? ¿Qué hacemos encerrados en esta patética y absurda egolatría por los siglos de los siglos? ¿Para qué sirve realmente la soberbia y el egoísmo en un mundo que podría estar compartido y comprendido por todos? ¿Es útil banalizar el dolor y la injusticia? ¿Qué hay detrás del cinismo de las clases dirigentes?...

…Somos un mundo de personas complejas y delicadas tras otro mundo de personajes envalentonados, confusos y zombis. La persona de atrás, o de dentro, la invisible, sufre aun abasteciéndose de productos publicitados, porque se sabe solo entre un multitud distraída…

…“Buenas noches, angelito”, dice la dulce niña Cody mirándote desde la pantalla. Ella es inocente, bendita y falsa. Pero durante un par de segundos, te salva. Salva al ser invisible y parapetado que hay en ti. Aunque la peli sea un producto más de la televisión y tú sólo veas un trozo “zapeado” antes de ir a la cama. ¿Por qué te salva la niña Cody, Mari? Piénsalo.

 

- Lo estoy pensando. Pero no caigo. De entrada no sé por qué le llamas conversaciones a esto. ¿Conversaciones conmigo? (!!! ) Preguntas demasiado. Me pones deberes. Me cuentas tu película (tu trozo de película). Me aburre tu speech . Me agobias bastante. Que si los patéticos, los soberbios, los banales, los injustos… Venga, venga, ya será menos. Y luego están los seres invisibles parapetados. Anda que… En serio, lo dicho: yo qué sé por qué te salva la niña Cody. A mí qué me importa.

 

 

 

 

Buenas noches, angelito

 

 

 

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