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ISSN 1989-4163

NUMERO 62 - ABRIL 2015

Cita a Ciegas en un Cine del West End

Julio Soler

 

A la memoria de Enrique Alcaraz, Brian Hughes y Kevin Power.

“De máscaras y enigmas…de máscaras y enigmas”. ALPHAVILLE

 

Siempre he querido conservar la sana costumbre de mantener encima de la mesita de noche un ejemplar de La Celestina. A lo largo de estos años los he tenido de tapas duras, blandas, plastificados en color naranja recién exprimida, repujados, forrados en piel equina con baño de plata. Sí, me gusta La Celestina.

Mi profesión es acomodador de un cine del West End de Londres, concretamente el Odeon. Me gusta acomodar a la gente, guiarle con mi luz intensa y localizada de linterna led y rellenar los huecos disponibles. Encajar.

Ayer durante la sesión continua de un reestreno, una clienta asidua, bella y asidua, Lady Chatterley, requirió una vez más de mis servicios.

-Ve aquella butaca, con una flecha de luz de neón parpadeante. Ese es el caballero. Yo la acompaño. Lleva un antifaz azabache, el mismo que usted. Póngase detrás mi linterna. Bienvenida al mundo de la oscuridad otra vez. Esta es la contraseña de hoy: “El dragón que ocupa la isla de mi oasis, en el corazón del desierto, me tiene última e indebidamente, desatendido mi jardín de crisantemos, particularmente los lirios sin polinizar y las dalias celestes con falta de abono” . El le corroborará su contraseña con una aceptación sobre el diablo o algo así. Ya lo comprobará.

El tráiler acaba anticipando como siempre las cosas, produciendo una ansiedad como quién nunca quiere saber el final. Lo que quiere es el nudo sin desenlace. Y siempre antes la introducción.

- “El dragón….”

-No siga señora, “Devil got my woman” - corroboró él la contraseña.

-Espero y deseo de usted y al hilo de esta película de reestreno que estamos presenciando, que mi inocencia perdida se verá recompensada de una manera insospechada y por otra parte intuida, con una inusitada a la vez que vigorosa y ferviente posesión infernal. Soy frágil, quebradiza y en ocasiones poco tolerante si no son cumplidos mis caprichos más profundos. Actuaría con extremada fiereza, hasta la exhausta reiteración: “Quiero más”. Soy una señora, soy Lady Chatterley.

-Alabo su oscuridad contenida, salgamos y hagamos un glorioso honor al reestreno de Las amistades peligrosas . El acomodador sabrá con su luz guiarnos. Oh, Lady Chatterley le aseguro que yo le cambiaré de siglo.

 

 

 

Abril

Fotografía: Paco Valverde

 

West End

 

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