AGITADORAS

PORTADA

AGITANDO

CONTACTO

NOSOTROS

     

ISSN 1989-4163

NUMERO 42 - ABRIL 2013

¿Mono Desnudo?

Ana Márquez

"Se nos alienta sin cesar a creernos exentos de culpa en relación con todo lo reprensible, y se alega que estamos respondiendo simplemente 'a las llamadas de  nuestra naturaleza', y esto es bestial... Con ese singular respaldo, los individuos suelen engañarse a sí mismos pensando que están facultados para ceder ante cualquier pasión violenta, en incluso creer en la justificación y virtud de tal conducta"

 

Bernard Towers
Médico, anatomista, especialista en ética biomédica
Profesor de la UCLA (Universidad de California en Los Ángeles)


Al aire de la que está cayendo y en virtud a una retorcida secuencia de pensamientos asociados, estos días me vino a la memoria este párrafo del libro “¿Mono desnudo u homo sapiens?” que encabeza el artículo. Es ésta una brillante obra divulgativa publicada hace ya más de cuarenta años e injustamente olvidada.

En mi humilde opinión,  es en este párrafo del profesor Bernard Towers -coautor junto a John Lewis de la citada obra- donde reside la clave del éxito del celebérrimo ensayo "El mono desnudo" de Desmond Morris, publicado dos años antes, en 1967, pero cuyas sombrías conclusiones continúan estando vigente por razones obvias. La idea socorrida de que somos "animales racionales", producto ciego de una evolución igualmente ciega y, por tanto, sujetos a los mismos instintos insalvables que nuestros antepasados, supone un mullido consuelo para quienes desean abandonarse a sus furias, sean éstas cuales sean, a sus arbitrios insondables, a sus mezquindades más bajas, sin someterlos al filtro de la conciencia. "Soy un animal predador, la responsabilidad de mis actos no es mía, sino de la evolución y de mis ancestros". Vía libre.

Si a esto añadimos que esta hipótesis desoladora de que el hombre es poco menos que una cagadita de mosca, viene a contradecir la visión antropocéntrica del universo proclamada durante siglos por las tres grandes religiones monoteístas -que constituyen el "elemento a abatir" por el bando laicista-,  no es necesario añadir mucho más para entrever por qué un texto divulgativo tan oscuro, con un mensaje tan atroz y denigrante para la especie humana, es y ha sido durante décadas la "biblia" particular del movimiento ateísta, que parece ignorar, -por necesidad, supongo- toda la abundante bibliografía que, desde todos los ámbitos del saber, incluido el de muchos científicos agnósticos, ha venido a refutar las tenebrosas ideas del señor Morris. El olvidado tratado de Towers y Lewis no fue más que la punta del iceberg en el maremágnum de réplicas que el ensayo de Morris produjo en su momento.

Una servidora no tiene el honor de pertenecer a ninguno de estos ámbitos eruditos, pero, aun así, lo tiene bastante claro: el uso de la razón es una de las muchas diferencias abisales que separan al ser humano del -por otra parte- maravilloso reino animal. De tal modo es así que afirmar que el hombre es un "animal racional" es una antítesis de facto puesto que, al disponer de la razón, la criatura humana deja de ser, por este mismo hecho, un animal, como al disponer de un potente foco giratorio en su cúspide, una torre deja de ser una torre para convertirse en un faro. En román paladino: o eres un animal o eres racional. No puedes ser ambos a la vez, como no puedes ser a la vez gordo y flaco.

El hombre no es un "mono desnudo" por la misma razón que un perro no es un "pez sin escamas". Aunque el antepasado de nuestro bello e inteligente pastor alemán sea un pez descerebrado de inexpresivos ojos saltones que caía mil veces en la misma trampa porque era incapaz de retener nada más de tres segundos en la memoria, nunca se nos ocurriría calificar como tal a nuestra mascota, aunque sea cierto que nuestro leal amigo comparte con el pez descerebrado muchas funciones biológicas.

El hombre no es un mono desnudo, el mono es un proyecto de hombre, un hombre en preparación, un boceto y, por tanto, un hombre "deficitario", con múltiples carencias en comparación con el ser humano. La evolución sigue un curso de abajo arriba y no al contrario. Al mono lo hemos dejado atrás en esa escalada, ya no hay marcha atrás, no vamos a volver a él, así que no es necesario tenerlo tan presente para justificar nuestros hechos. El dibujo definitivo realizado por un artista "contiene" el boceto preliminar, pero no "es" el boceto preliminar.

Así que a mí no me vale que alguien me diga, con el pecho inflado y cara de fingidas circunstancias, que él comete tal o cual gamberrada (y aquí cabe todo lo que el lector está pensando) porque obedece a un instinto predador ancestral insalvable. Mire usted, no, usted está perpetrando estos delitos porque es un sinvergüenza irredento, un mangante, un maltratador sin escrúpulos, un desleal, un cerdo machista, un codicioso insaciable, un lo que sea. No le eche la culpa a ningún pobre “mono” ancestral que no tenía ni su capacidad craneal ni su maldad manifiesta ni su agudeza ni su capacidad de juicio ni su –relegada, archivada y sellada- conciencia. Y punto.

Del mismo modo que el mono atávico era un hombre deficitario, el hombre actual es un ser "deficitario" también en relación a la criatura más evolucionada que será dentro de unos miles de años, en el caso hipotético de que antes de eso, nuestros posicionamientos encontrados llevados al límite de la violencia, nuestro soberbia y avaricia y nuestro convencimiento de que "somos sólo animales sujetos a instintos", no nos hagan renunciar a la responsabilidad sobre nuestros actos y nos aboquen a la autodestrucción.

Quizás, dentro de un millón de años, los ateos, como el señor Morris, seguirán con su misma línea argumentativa y tratarán de desvirtuar a la última criatura más perfecta surgida del río de la evolución diciendo: "no, no somos 'dioses', somos insignificantes 'hombres' como los de hace un millón de años, pero con el cerebro y el corazón más grande". Entonces el hombre actual será el nuevo referente, el eslabón intermedio del mono habrá pasado a la historia. Ya nadie podrá culparlo de nada.

 

Mono desnudo

 

 

@ Agitadoras.com 2013