Título: Hielo Seco. Autor: Isabel Bono. La Isla de  Siltolá. Aforismos. 2015. 56 páginas. 10€.
         
  Para  terminar el refrán “lo bueno si breve…” no hay más que acercarse al último  libro de Isabel Bono. La poeta malagueña hace de todo y todo lo hace bien. Sus libros  son dos veces buenos. Con el título “Hielo seco” nos regala un buen puñado de  aforismos que no son exactamente aforismos pues los suyos llevan título, a  diferencia de lo que es habitual en este género tan en boga ahora. El hecho de  ir titulados hace que parezcan otra cosa aunque en el fondo contienen todo lo  que debe contener un buen aforismo: intuición e intención. No es la primera  incursión de Isabel Bono en el aforismo. En 2013 publicó “Hojas secas mojadas”  también con la exquisita editorial La  Isla de Siltolá, con quien ahora repite. Entonces ya se vio la mano de  cirujano con la que Isabel Bono interviene la realidad. En “hielo seco” no hace  más que corroborar esa sospecha de que la poeta sabe –y perdón por lo vulgar de  la expresión- meterle mano a la vida. 
      Tal  vez sea por este otoño, ya invernal o por mi estado de ánimo que se presta  últimamente a la melancolía o por este tiempo convulso que estamos viviendo,  sea por lo que sea, los aforismos de Isabel Bono, ayudan a hacer más llevadero  el frío, el desánimo y la cruda realidad. Uno de los aciertos de sus aforismos  reside en que no transitan por los extremos sino en una escala de grises que  los acerca mucho a la verdad, relativizándola, haciendo que sus sentencias  puedan verse desde la atalaya de lo cotidiano. Tal vez hay tanta verdad en los  aforismos de Isabel Bono porque hay mucha poesía en ellos y su poesía se nutre  de gestos. 
      “Hielo  seco” es un libro breve, con breves verdades, que detienen, brevemente, el  tiempo durante su lectura. Joyas como estas: 
      bienvenidos al silencio
        Mantener en el  buzón el nombre de quienes vivieron con nosotros para que sigan viviendo entre  nosotros. Amueblar así, silenciosamente, la soledad que nos rodea. 
      lo roto
        Voy a quedarme  aquí, imaginando que el tiempo y su erosión no me conciernen. 
      huecos sin prisa
        He comprado una  taza verde por si era una taza verde lo que me faltaba. 
      Tres  muestras de lo que puede encontrarse en “Hielo seco”. Un poco de consuelo a  veces, otras la sensación de que te meten el dedo en la llaga. En cualquier caso,  he salido de su lectura sintiéndome menos sola y me he comprado una taza verse,  por si era una taza verde lo que me faltaba.